Un vestido rojo te puede subir el ánimo, un traje marrón puede transmitirte naturalidad, un cuadro azul te puede dar tranquilidad y una corbata amarilla puede sacarte de tus casillas. Si bien, el rojo te pude generar agresividad, el marrón puede irradiar naturalidad, el azul frialdad y el amarillo atracción.
Los colores nos atraen, nos desagradan, nos excitan, nos serenan… Se han escrito muchas teorías sobre el color y su uso en publicidad, pero no a todas las personas les influencian de la misma forma. La cultura, las preferencias personales, experiencias pasadas y hasta el estado del sentido de la vista afectan a la percepción de los colores por parte de cada individuo.
Ya Aristóteles teorizó sobre los colores, afirmando que todos se forman por cuatro colores básicos (tierra, fuego, agua y cielo) y por la incidencia de la luz sobre ellos. Da Vinci creó una escala básica de colores (blanco, amarillo, verde, azul, rojo y negro). Isaac Newton puso las bases de la teoría del color que se acepta hoy en día, tomando un rayo de luz y separando los colores con un prisma. La Teoría de los colores de Goethe, publicada en 1810, comenzó a estudiar las modificaciones que produce el color en la mente y el comportamiento de las personas. Eva Heller (1948-2008), psicóloga y profesora de teoría de la comunicación, aportó profundidad a la teoría de los colores.
El desarrollo de las teorías del color ha permitido a las empresas usar los colores de una forma más certera para la creación de su estrategia de color.
¿Qué pasos dar para crear una acertada estrategia de color?
- Elegir el color principal: Será el que asuma el peso de la comunicación de la marca, el color corporativo. Para hallarlo se tendrá en cuenta la propia psicología del color en conjunción con la estrategia corporativa y el mercado en el que se encuentra la empresa.
- Crear la paleta de colores: Partiendo del color primario, se deberá crear una paleta de colores que diversifique las posibilidades de comunicación, siempre acorde a lo que deseamos transmitir. Existen excelentes herramientas digitales para crear esta paleta a partir de colores que combinan con el principal.
- Asignar responsabilidades y valores: Además del color que jugará el rol principal, se debe asignar una utilidad a cada color (destacar elementos, matizar marcas secundarias, crear énfasis…) y el valor que representa (descuentos, ecología, fiabilidad…).
- Crear un manual de estilo: Contendrá las instrucciones precisas sobre el uso de cada uno de los colores en la empresa. De este modo cualquier diseñador podrá aplicar certeramente los colores en cada momento.
Aunque los colores pueden afectar de diferente forma a diversos individuos, estos son los colores más utilizados en publicidad y su significado.
- Rojo: Se relaciona con el poder y la atracción. Capta rápidamente la atención del público. Muy utilizado en alimentación.
- Azul: Transmite calma y confianza, y en sus tonos más oscuros elegancia y frescura. Muy utilizado en tecnología e higiene personal.
- Amarillo: Atrae mucho la atención, tanto para lo bueno como para lo malo. Puede transmitir felicidad y luminosidad o rechazo. Muy utilizado en productos infantiles.
- Naranja: Contagia energía, vitalidad y abundancia. Muy utilizado en deporte y campañas de compra impulsiva.
- Rosa: Asociado tradicionalmente a lo femenino, transmite suavidad, ternura y elegancia.
- Verde: Relacionado con la ecología y el medio ambiente. Transmite confianza.
- Morado: Asociado a valores como la nobleza, la espiritualidad o lo misterioso. Puede transmitir tristeza. Es un color muy versátil.
- Marrón: Transmite naturalidad y sobriedad. Relacionado con la tierra, la naturaleza y la madera. Al ser un color poco llamativo, es utilizado por esto por algunas marcas.
- Blanco: Comunica pureza, tranquilidad, felicidad, plenitud, paz… Es muy utilizado para campañas sencillas y minimalistas.
- Negro: Es un color muy flexible que suele estar asociado con la tristeza, pero también con la elegancia, el lujo y la noche.
Ten en cuenta que no solo importa el color, también sus matices y tonalidades. Por ejemplo, los colores brillantes suelen transmitir más emociones que los colores oscuros.
En definitiva, los colores afectan a los sentidos del consumidor con mayor facilidad que otros estímulos y pueden influir en sus decisiones de compra.