La revista Cuaderna es una publicación imprescindible en la investigación, defensa y divulgación del patrimonio histórico y cultural de Talavera de la Reina y su comarca. Un proyecto que, desde que vio la luz, ha ido creciendo y ganando adeptos, y que acaba de cumplir 30 años.
Tres décadas en las que cada número ha transmitido la historia de nuestra ciudad a todos los que se han querido acercar a conocer nuestro pasado, para entender nuestro presente y mirar hacia el futuro.
Hemos hablado con César Pacheco y Benito Díaz, historiadores y fundadores de Cuaderna, sobre el nacimiento y la evolución de este gran proyecto, así como los planes de futuro que tienen para que pueda adaptarse a los nuevos tiempos sin perder un ápice de su esencia.

Una chispa en los 90
Corría el año 1994 cuando César Pacheco y Benito Díaz, quienes formaban parte del equipo docente de la UNED, decidieron canalizar su inquietud histórica en un nuevo formato: una revista abierta, rigurosa y contextualizada.
De esta forma nació Cuaderna, un proyecto único con la intención de superar los tópicos y leyendas tradicionales de la historia local. Y es que, según nos cuentan, su intención desde el principio fue hacer historia desde la investigación.
Por eso, Cuaderna siempre se propuso como un espacio riguroso pero accesible, sin renunciar al análisis profundo ni a la diversidad de enfoques. El primer número tuvo buena acogida, y lo que nació como una apuesta modesta —con la previsión de editar dos números al año— ha terminado consolidándose como una referencia, con más de 200 artículos publicados.

Un proyecto independiente con vocación pública
Lo que diferencia a Cuaderna de otras publicaciones similares es su carácter autónomo. Lejos de estar impulsada por instituciones, nace de una asociación cultural independiente: el Colectivo de Investigación Histórica Arrabal. Una organización con un modelo de autogestión que otorga a sus responsables una gran libertad editorial.
Y aunque es cierto que ha contado ocasionalmente con apoyos públicos, la línea editorial se ha mantenido ajena a presiones políticas o institucionales.
En sus páginas han encontrado espacio desde jóvenes estudiantes de la UNED hasta expertos consagrados. El objetivo de Cuaderna siempre ha sido dar voz a trabajos con base documental sólida, desde artículos cortos hasta estudios más elaborados. Entre sus autores más destacados figura incluso Paloma Sánchez-Garnica, hoy reconocida novelista, que publicó su primer texto en Cuaderna sobre la Junta de Beneficencia durante la ocupación napoleónica.
Hallazgos que cambian la narrativa
Muchos de los trabajos publicados han tenido un impacto notable en el conocimiento del pasado talaverano. Uno de los ejemplos más significativos es el artículo de Benito Díaz sobre el motín del pan, un episodio desconocido hasta entonces y que inauguró la primera edición de la revista.
También destacan estudios sobre el Trienio Liberal, el aeródromo de Velada o investigaciones genealógicas que han aportado nuevas perspectivas sobre familias históricas de la comarca.
Gracias a su metodología —que combina fuentes archivísticas, arqueológicas y orales—, Cuaderna ha contribuido a desmontar mitos, revisar interpretaciones y enriquecer la historiografía local desde una mirada crítica y documentada.

Rigor y cercanía: la fórmula Cuaderna
Una de las claves del éxito de Cuaderna es el difícil equilibrio entre la calidad académica y la accesibilidad para el lector general. Aunque no se rige por un sistema formal de revisión por pares como las revistas científicas indexadas, el equipo editorial realiza una selección exigente. Benito y César lo tienen claro: no todo vale.
Por este motivo se han rechazado trabajos que no alcanzaban el nivel requerido, independientemente del tema que se tratase o del autor que lo firmase.
El criterio principal es que los artículos estén bien fundamentados, cuenten con aparato crítico y utilicen fuentes primarias. Pero la pluralidad también es un valor esencial; de hecho, se publican enfoques diversos, incluso cuando no coinciden con la visión de la dirección.
Patrimonio en riesgo y por redescubrir
A pesar de los avances logrados desde los años 80 en materia de conservación y puesta en valor del patrimonio, César y Benito coinciden en que aún hay retos pendientes. Las murallas del Charcón y la calle Carnicerías son dos ejemplos de un patrimonio monumental que necesita más atención.
También subrayan la importancia de recuperar el patrimonio inmaterial, desde tradiciones y oficios hasta modos de vida rurales que marcaron la identidad talaverana hasta bien entrado el siglo XX.
En este sentido, destacan la necesidad de potenciar los archivos locales, especialmente el archivo municipal y el archivo parroquial de la Colegial, con fondos que se remontan al siglo XI.

El legado vivo de las Mondas
Recientemente, los fundadores de Cuaderna fueron invitados a ofrecer el pregón de las Mondas 2025, sin duda una de las fiestas más emblemáticas y características de la ciudad.
César Pacheco fue el encargado de pronunciarlo en representación del Colectivo de Investigación Histórica Arrabal. Y, según nos cuenta, «fue un honor y un gran reconocimiento a estos 30 años de trabajo».
Benito y César coinciden en que aún hay que seguir trabajando para recuperar y conservar tradiciones de fiestas como estas, pero también hay que aprender a respetar cada matiz para aportar rigor histórico a cada una de ellas, manteniendo así su esencia y, por ende, parte de nuestra identidad.
Son muchos los profesionales que hoy trabajan en la línea de nuestros interlocutores para conseguir la recuperación de esta tradición, que hoy vive un renovado impulso. Pero destacan con especial cariño y admiración la labor fundamental de figuras como Ángel Ballesteros.
Hacia el futuro: más pluralidad, más historia
Lejos de agotarse, Cuaderna sigue generando nuevas ideas, números en preparación y proyectos por venir. La base de su longevidad, explican sus fundadores, ha sido su compromiso con el rigor, la pluralidad y el amor por la historia de su tierra.
Talavera, su patrimonio y su memoria colectiva han ganado mucho gracias a este esfuerzo silencioso pero tenaz de todos los que hacen posible la revista en cada edición. Y es que Cuaderna no es solo una revista: es un ejemplo de cómo la sociedad civil puede custodiar su propia historia y hacerla dialogar con el presente.