CORREDERA DEL CRISTO
El concepto de “corredera” en el castellano medieval suele hacer alusión al lugar donde se hacían corridas de animales, normalmente de caballos o toros. Es un topónimo urbano que está presente en muchas ciudades castellanas. Covarrubias, en su Tesoro de la Lengua castellana lo define en este sentido: “El lugar donde suelen correr los caballos, que más cortesanamente llamamos carrera. En Valladolid ay un barrio que se llama la Corredera”.
Todo parece indicar que esta vía, que en su origen sería el camino de ronda extramuros del primer recinto amurallado, se dedicó aparte de servir como camino principal de comunicación para los viajeros que venían de Toledo y se dirigían a Extremadura o a Guadalupe, se dedicó a juegos ecuestres o taurinos diversos debido que sólo en un espacio abierto de gran capacidad podrían tener lugar. En el interior de la ciudad medieval no sería posible dada la ausencia de plazas de gran capacidad. En el siglo XVI y XVII con la apertura de la gran plaza mayor, del Pan, los juegos y lances de este tipo pudieron realizarse ya en el interior de la villa.
La historia de la Corredera va muy pareja a la evolución de la ciudad que crece desde la Edad Media extramuros del primer recinto amurallado. Aparte de su carácter mercantil y artesanal, sobresale por ser un verdadero eje urbano, en el que tenían lugar importantes acontecimientos de la vida festiva y religiosa local (procesiones del Corpus, traslados de la Virgen del Prado entre su Ermita y la Colegial, cortejo de Mondas). Lugar por el que se corrían los toros, muy posiblemente en unión con la calle de S. Francisco (antigua de Zapaterías y de Toledo) desempeñaba el papel de Calle Mayor de la ciudad, durante siglos arteria catalizadora del tráfico general de la villa. En ella se ubicaban algunas de las casas de la más floreciente burguesía mercantil y de algún hidalgo, edificios como la Cárcel Real, convento agustino de S. Ildefonso, el Palenque de la Compañía de Jesús, la Alhóndiga o pósito municipal de granos, y al final la parroquia de San Salvador de los Caballeros. En la reforma del comercio de 1869, quedará libre de puestos ambulantes para la venta diaria, que se trasladará desde entonces a la calle Carnicerías, Arco de S. Pedro, plaza del Comercio y calle de Mesones. Oculto tras las casas que se fueron adosando a la muralla discurría el Paso o Callejón de la Barbacana, alguno de cuyos trazos todavía se observan hoy tras las “casas de las pinturas”, único ejemplo en Talavera de estas de estas singulares representaciones policromadas exponentes de la otrora pujante burguesía local. Las casas, adquiridas por el mercader de origen riojano Juan Cura de Tejada, fueron decoradas con una profusa simbología alusiva al comercio, el trato, el tiempo, la Fortuna, las artes, incluyendo además el blasón o escudo de armas de su linaje hidalgo, el del Tejada y Valdeosera. Fueron ejecutadas en la década de 1760. Cabe destacar, asimismo, la capilla del Cristo de los Mercaderes, que se abrió por la devoción de los vecinos en una de las torres albarranas en 1713 y se adornó con un hermoso retablo rococó en 1752.
Esta vía al ser de gran longitud tenía tramos con alguna denominación concreta. Por ejemplo, en los siglos XVI y XVII, el espacio abierto junto a la Puerta Nueva, o zona del Palenque era conocido como Plaza de las Herrerías, por estar situados allí los artesanos dedicados al trabajo del hierro, fraguas y hornos de los mismos. En frente se encontraba la cárcel de la villa. Después, en los últimos años del siglo XVIII, cuando el antiguo colegio e iglesia de los Jesuitas pasó a manos de los agustinos, fue conocido el lugar como Palenque de San Agustín el Nuevo.
El nombre de Corredera permaneció inalterable durante siglos. Sólo a principios del XX, hacia 1913, el ayuntamiento decidió dedicarle esta calle principal al célebre político español, recién asesinado en noviembre de 1912, José Canalejas Méndez (Ferrol, La Coruña, 1854-Madrid, 1912). Abogado y político regeneracionista y liberal español. Siendo presidente del Consejo de Ministros murió asesinado en un atentado terrorista. Fue ministro de Gracia y Justicia, de Hacienda y de Agricultura, Industria y Comercio y Obras Públicas durante la regencia de Mª Cristina, y presidente del Consejo de Ministros y nuevamente ministro de Fomento y ministro de Gracia y Justicia durante el reinado de Alfonso XIII. Fue elegido presidente del Congreso de los Diputados durante la legislatura de 1906-1907.
Con la recuperación de los topónimos tradicionales que lleva a cabo la Comisión Gestora franquista en 1937 se vuelve a llamar Corredera, aunque durante un breve tiempo le añaden de San Francisco, posiblemente por ser la continuación natural de aquella vía urbana. Sin embargo en 1939 quedará fijada como Corredera del Cristo en relación a la famosa talla barroca de la citada capilla, de gran devoción entre los talaveranos. Un ejemplo más de la implicación de la religiosidad en el callejero.
César Pacheco