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La Talavera desconocida: Historia de sus calles – Calle Arco de San Pedro

la calle en 1904 una vez derribado el arco.

La Talavera desconocida: Historia de sus calles – Calle Arco de San Pedro

La articulación del entramado urbano a partir de las vías de comunicación preexistentes, o condicionadas por la existencia de puertas en el recinto amurallado en las ciudades tradicionales es una constante. En Talavera tenemos varios ejemplos en los que las aberturas en las cercas o lienzos defensivos han vertebrado la orientación de las calles, pero también la memoria colectiva se ha encargado de perpetuar el nombre del lugar tomando la denominación de la antigua puerta o postigo, o de algún edificio significativo cercano. En la Baja Edad Media, la iglesia mudéjar  parroquial de San Pedro, dada su cercanía a una de las puertas principales de acceso al Cuerpo de la Villa, influirá en la denominación del entorno más cercano, incluida la calle y sus aledaños.

La puerta de San Pedro era una de las tres de origen romano que tenía el primer recinto amurallado de Talavera. Posiblemente daba paso al cardus o calle principal en sentido norte-sur de la Caesarobriga tardorromana. En la Talabira musulmana siguió jugando un papel primordial como punto de acceso de primer orden a la medina, pues además comunicaba el arrabal exterior con el barrio del zoco o mercado.

En la Baja Edad Media la puerta fue reformada bajo la prelatura del señor de la villa el arzobispo Pedro González de Mendoza, en 1493, dotando al arco de decoración tardogótica, y colocando una imagen de bulto de la Virgen bajo doselete, que actualmente se encuentra en la basílica de Nuestra Señora del Prado. La parte alta de la puerta, adarve y torre albarrana aneja de la muralla acogía la cárcel de hidalgos hasta el siglo XIX.

En el siglo XVII se decoró el frontal norte de la muralla sobre la puerta con una representación pictórica con motivos alegóricos y simbólicos de la exaltación del Santísimo Sacramento. No en vano esta calle y su arco estuvieron asociados además a los recorridos festivos religiosos, especialmente la procesión del Corpus Christi en aquella Talavera barroca que tanto valor daba a la ornamentación escénica y teatral. El arco y tramo de muralla se derribaron en 1886 en una operación urbanística desafortunada, con el objeto de dejar despejada la calle por motivos higiénicos. En 1934, también se derriba la  torre albarrana lateral para construir el nuevo edificio del reloj.

En realidad la vía urbana ofrecía una confluencia hacia el antiguo arco por uno y otro lado, de tal manera que el elemento urbano primaba sobre el resto de la calle.

Posteriormente, bajo la etapa del alcalde republicano Justiniano Luengo (1885-91), según acuerdo de 12 de mayo de 1888, se le asigna el nombre de Juan de Padilla destacado líder toledano de las revueltas comuneras de Castilla. 

El primitivo y tradicional nombre se vuelve a recuperar con la entrada en vigor de las disposiciones de la Comisión Gestora militar franquista en 1937.

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