Por Igroso
En 1965 el extinto Talavera CF disputó la eliminatoria de ascenso a Segunda división ante un CD Eibar en el que jugaba la leyenda colchonera Gárate. El Utebo CF es el primer obstáculo para que el actual conjunto blanquiazul ascienda a Primera RFEF, siete décadas después de aquella cita.

Principios de este mes de mayo de 2025 y recibo el encargo de don José Luis Bodas —el jefe de la cosa— de preparar el presente reportaje con el Talavera de la Reina SAD, inmerso en el play-off de ascenso a Primera RFEF. El sorteo de hace unas fechas en la sede federativa de Las Rozas deparaba, al conjunto que tiene a Josué Blázquez Coleto como CEO y a Javier Vázquez y Toni García como máximos responsables de la parcela técnica, un doble enfrentamiento con el conjunto aragonés del Utebo, tercer clasificado del grupo II de Segunda RFEF. Cuando sean impresas estas páginas es muy probable que ya se conozca si el club de la familia Jiménez —los propietarios— sigue inmerso en la pugna por el ascenso o, por el contrario, los aragoneses donde destaca el blanquiazul Frodo como goleador, serán los finalistas por una plaza en la Primera RFEF, donde ya se encuentran los paisanos del Pedro Escartín, el CD Guadalajara, equipo campeón del grupo V donde han militado los nuestros.
En referencia directa a como titulamos, hemos de echar la vista atrás a sesenta años antes. Corría la temporada 1964-65 y al frente del Talavera CF estaba don Víctor Laredo. La parcela técnica correspondía a dos Luis Elices y el equipo se había proclamado subcampeón del grupo XIV de Tercera división, en el que el Rayo Vallecano se había proclamado campeón totalizando 56 puntos y 26 positivos; invicto y con sólo 4 empates en las 30 jornadas disputadas. A su estela los blanquiazules sumaron 47 puntos y 12 positivos, y tercero el Plus Ultra. Nos encontrábamos en el mes de abril de aquel 1965 y el sorteo Deparó deparó un enfrentamiento con el conjunto guipuzcoano del Eibar, subcampeón del grupo IV de aquella Tercera división de antaño, que había sumado 46 puntos.

El primer enfrentamiento se disputaría en la Ciudad de la Cerámica el domingo 16 de mayo en horario casi del mediodía, las 15:45, para no coincidir con la primera corrida de las Ferias de San Isidro. Asimismo se pensó en asfixiar al rival, poco acostumbrado a los rigores del calor que en ese mes hacía en Talavera. El Talavera CF alinearía a Pepín, De la Torre, Luis, Guío, Buján, Bernal, Santos, Manzanares, Basora, Alía y Hernández. Por el Eibar jugaron Muguiondo, Lozano, Arrieta, Castillo, Araniegui, Larrabeitia, Ocariz, Pinedo, Duñabeitia, Icenta y un jovencísimo José Eulogio Gárate, que tan sólo contaba con 20 años de edad. El conjunto eibarrés sorprendió al talaverano con un planteamiento casi desconocido para la época, reflejado en un 5-3-2 que sorprendió a los presentes en una Municipal El Prado a rebosar y convertido en un horno tanto en las gradas como en el polvoriento terreno de juego. Al final de un choque que arbitró el andaluz Sánchez de los Ríos el marcador reflejó un 0-1, gol que tendría la autoría de Pinedo.

El partido de vuelta se jugó el domingo 23 de mayo. En tierras vascas esperaba, además del césped encharcado, un conjunto potente como demostraría el 5-0 con el que finalizaba el mismo y donde Gárate, autor de dos goles, volvió a demostrar su clase y el por qué de su llamada al Atlético de Madrid de Vicente Calderón. Iceta, Ocariz y Duñabeitia completarían la manita de un choque arbitrado por el señor Olavarría, y que llevaría al Eibar a disputar la fase final ante un Cádiz que le superó en el partido de desempate.

Esta fue la primera cita del conjunto representativo de Talavera para cambiar de categoría. Tres años después el equipo volvería a intentarlo con el mismo Luis Elices en el banquillo y sólo tres jugadores de la primera cita (Pepín, Luis y Santos), topándose en esta ocasión con los andaluces del CD Jerez, a los que tuvo KO en Chapín, pero a los que dejó reamarse para acabar venciendo por 2-4 y el 1-1 en Talavera.