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QUIZÁ NUNCA ES TARDE PARA APRENDER

QUIZÁ NUNCA ES TARDE PARA APRENDER

Suelo dar un toque de humor a estos artículos y soy una persona bastante risueña y animosa, pero no nos vamos a engañar, no son los mejores tiempos para tomarse las cosas tan a la ligera. Llevamos en confinamiento casi tres meses y creo que me comprenderán si les digo que hay días en los que, por mucho que tratemos de mantener el ánimo alto, sobre todo por los que están a nuestro alrededor y por aquellos que sufren las consecuencias más graves de esta pandemia, no siempre es fácil.

Por ello, sin caer en la desesperanza, hoy quería reseñar una lectura que puede que no sea sencilla y que no nos haga reír, pero, si se deciden a “meterle mano”, seguro que les hará reflexionar.

Se trata de 21 lecciones para el siglo XXI de Yuval Noah Harari (editorial Debate, Madrid, 2018). Seguramente habrán oído hablar de este historiador israelí de 44 años que ha convertido sus dos últimas obras en lecturas imprescindibles para personas cuyo nombre todos conocemos, como el expresidente de los Estados Unidos Barack Obama, quien lo ha incluido entre sus textos de cabecera, y, personalmente, les diré que, independientemente de lo que se pueda pensar sobre las ideas expuestas en esta obra, lo cierto es que ha generado un gran debate desde todas las perspectivas humanas (la ciencia, la política, la economía) y todos los especialistas en ellas han expresado su opinión de formas muy diversas. Los animo a seguir el debate después de su lectura.

La obra se divide en cinco apartados o temas (El desafío tecnológico, El desafío político, Desesperación y esperanza, Verdad, Resiliencia).Tienen en común la idea que el autor tiene sobre cómo evolucionará el mundo tal cual lo conocemos, lo cual, siendo historiador es una de las críticas fundamentales que ha recibido.

En general, plantea una defensa del laicismo y del humanismo que, culturalmente, podría llevarnos a pensar en la Ilustración y la defensa del mundo de la razón frente a los presupuestos escolásticos de la época. Pone sobre la mesa la necesidad de ser conscientes de que hemos entrado en un “nuevo período histórico”, un “nuevo paradigma”, uno que nos pone frente a la necesidad de hacer frente a los retos de las no tan nuevas tecnologías. Cuestiona la finalidad de la ciencia, la necesidad de ir más allá de los pensamientos nacionalistas de cualquier cuño y hace una enorme defensa de la colaboración y la cooperación por la que Fundación Futurart lleva tanto tiempo trabajando.

Por otro lado, no podría venir más al caso, en el momento que vivimos, pues una de las grandes preocupaciones en este momento se trata en su capítulo cuarto en el que aborda la llamada “posverdad” y cómo afecta la desinformación, la necesidad imperiosa de combatir la ignorancia.

Afortunadamente, el libro nos deja con un último capítulo en el que se muestra esperanzado en una sociedad que podrá hacer frente a todos los desafíos que se nos plantean.

Raquel Torres

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