“Tenemos un problema”, estoy convencido que esta frase le resulta familiar y que ha oído una y otra vez, un día tras otro a su alrededor.
No es para preocuparse, más bien para ocuparse. Tener problemas, aunque nos pese, es lo normal. Las personas y las situaciones son complejas y no venimos de serie con soluciones incorporadas para todo. La bueno es que si existe un problema, existe una solución.
Por desgracia la tecnología todavía no resuelve los problemas que por arte de magia van surgiendo, aunque sin duda, su utilización es super útil para evitar o reducir los riesgos de muchos de ellos. Pero cuando el problema ya está aquí, en la mayoría de los casos le va a tocar a usted darle solución, y permítame una apreciación, si el problema es repetitivo ya tiene doble tarea, y si además tiene cierta insensibilidad a los problemas… peligro, acostumbrarse es otra forma de morir.
En estos momentos que la tecnología cobra tanto protagonismo y está tan presente en nuestro día a día, es un valor y parte imprescindible, como profesionales, aprender a gestionar y solventar los problemas y conflictos de manera eficaz, esto es, dar con el remedio adecuado para solventar lo que se pretende y no se quede en un parche, como se suele decir vulgarmente.
Muchas veces actuar en caliente y de forma improvisada hace que echemos más leña al fuego, y lejos de solucionar, lo que se hace es agravar la situación. Esto lleva a centrar todos los esfuerzos en encontrar a alguien a quien culpar, en lugar de destinar las energías en encontrar la raíz del problema y encontrar la manera de evitar que se vuela a repetir.
Todos los inconvenientes no esperados para la consecución de un propósito son las consecuencias de una causa, atajar las consecuencias quizás resuelva momentáneamente, pero la solución eficaz y definitiva es atajar la causa, el foco del problema. Sí, me estoy refiriendo a la ley de causa y efecto. A veces es tan obvio que lo obviamos.
Pero algo tan simple ¿por qué razón nos cuesta tanto llevarlo a la práctica? ¿Quizás haya soluciones que no gusten? ¿Es más fácil culpar que solucionar? ¿Falta enfoque y determinación para aportar valor en nuestras empresas?
¿Usted qué opina?