Fundación Futurart

UNA HISTORIA DE APRENDIZAJE: ARTE, VIDA Y EMPRESA

EMPRESARIA

UNA HISTORIA DE APRENDIZAJE: ARTE, VIDA Y EMPRESA

Soy Clara Deguines Guillem, artista y mamá.
Me cuesta definirme como profesional, creo que nos pasa a todas las que elegimos el mundo del Arte como profesión, en una sociedad que considera el Arte como un “hobbie”.
Podría decir que soy ilustradora, dibujante, pintora, retratista, diseñadora gráfica, escultora, escritora, muralista, educadora artística y todo lo que se te ocurra para llegar a un sueldo digno dentro de mi área, el Arte. También soy mamá y madrastra a tiempo parcial (pero no de las malvadas). Así que cuando debo definirme sin enrollarme, resumo: Soy Artista Visual. ¿Y mamá? Si, Artista visual y mamá. La maternidad es la gran línea que dibuja mi trabajo actual, esa que va con tetas caídas y celulitis incluida, viviendo y cuestionando en mis propias carnes los cánones estéticos sociales. Además, a la preocupación y mirada crítica que siempre tuve por la escuela, presente en mi trabajo, ahora se le suma el miedo como madre a punto de escolarizar a su hijo.
Quizás, para entender estas líneas deba empezar por el principio:
Suena a tópico, pero siempre quise ser artista, desde que tengo memoria. Ya de niña iba a las clases de pintura de la escuela municipal de Boadilla del Monte, donde disfrutaba muchísimo de los procesos. Y mientras cursaba el Bachillerato Artístico en el IES Margarita Salas, gracias a mi amigo Gonzalo Borondo conocí al maestro José García Herranz, quien me enseñó a jugar con el azar, a ver y a mirar, a equivocarme, a que no sólo se pinta con los pinceles, y que el agua con unas gotitas de anís está más rica.
Con mucha ilusión entré en Bellas Artes en la Universidad Complutense de Madrid en 2008, última promoción de licenciatura y con el Plan Bolonia pisándonos los talones, quitándonos asignaturas, horarios, haciendo desaparecer nuestros intereses al servicio de los del mercado… Aquí ya empezaba a intuir que más valían las preguntas que las respuestas, y que nada era como nos lo habían contado. La ilusión por ser artista se transforma en esperanza por cambiar el Sistema. Realmente pensaba que éramos capaces. El gran mecanismo del Sistema Educativo y sus víctimas (yo entre ellas). Años de mucho crecimiento personal en asambleas, juntas y encierros. Decido mirar más los pasillos que las aulas, decido ver tras las máscaras, rebuscar en lo oculto, lo no dicho, el silencio. Me fascina lo siniestro, entendido como todo aquello que se sale de lo normal, de la norma (establecida), todo lo que la máscara se esfuerza en ocultar.
¿Y la escuela?
Decido mirar cómo aprende un niño (o niña) despojado de normalidad.
Me especializo en Educación Artística, y tras varios viajes de cooperación a India y Honduras, aprendizajes junto a mi compañera y amiga Andrea Rubio (Artista y Educadora Artística) y un máster en Artes Visuales y Educación con la Universidad de Granada, desarrollo el Proyecto Olma y Ofe, una crítica a las fichas para colorear y repasar, con el que me abro camino en el mundo de la ilustración y los álbumes ilustrados. Junto a Ricardo Marín-Viadel aprendo a defender una Educación Artística libre, emancipatoria, participativa y consciente.
Terminada la experiencia del máster, me traslado a vivir a Guadalajara (España), de Andalucía a La Alcarria. Mientras me adapto al paisaje trabajo en una panadería, pintando panes de vez en cuando, pero mi inquietud por el Arte y la Educación busca desesperadamente campos de batalla, así que encuentro a RIE (Red Internacional de Educación) asociación en la que participo desde entonces y al Colectivo de Mujeres Artistas de Guadalajara (MUART.GU) con las que comparto momentos y reuniones geniales y varias exposiciones colectivas. Con RIE descubro que transformar la educación es posible, también descubro que el amor me transforma a mí.
Dicen que los bebés vienen de París, y quizás tengan razón… De repente me da miedo el avión, me duermo en el metro, y detesto el olor de la moqueta de la habitación que alquilo en el barrio de Montmartre. Sí, me he convertido en mamá. Paso los tres primeros meses de embarazo en París realizando una estancia de investigación en la Universidad René Descartes. Me reconcilio con el dibujo, con el Arte y su historia, con mi familia paterna y conmigo misma.
Y aquí llega el segundo y gran “estonoescomomelohabíancontado” de mi vida.
Cambia mi perspectiva, mis prioridades, mis rutinas, y también mi cuerpo… Me miro al espejo y pienso: soy un monstruo. En realidad también lo digo en alto y Diego (mi compañero) se ríe, yo también me río pero la verdad es que me siento monstrua, tengo unas super tetas de monstrua. ¿Quién decide lo que es normal, lo bello, lo aceptable? ¿Por qué unos cuerpos son válidos y dignos de ser mostrados y otros no? Publico en noviembre de 2020 el proyecto Mamá Real, un libro ilustrado que quiere visibilizar los cuerpos (y vidas) transformados tras la maternidad, para ello cuento con la colaboración de numerosas mamás que comparten conmigo imágenes de sus cuerpos y sus momentos más íntimos de crianza. Antes, he publicado de la mano de Ana López Seoane (maestra y compañera de aventuras) otros dos libros ilustrados, “Curucusí. Bicho de luz” (2018) y “Donde residen los cuentos” (2019). Con Ana siempre hay proyectos en marcha.
Ya en familia, empaquetamos de nuevo nuestras vidas para trasladarlas a Talavera de la Reina, donde continúo creciendo como profesional y me consolido como empresaria-artista gracias al apoyo del proyecto Mommypreneurs.
¿Y qué vende una empresaria-artista?
¿Vendo Arte? ¿Se puede vender el Arte?
Vendo retratos, vendo libros, vendo carteles… vale. Pero el Arte que remueve, el que te hace reflexionar, ese que te hace salir de tu zona de confort, ¿es vendible? Es necesario. No puedo dejar de decir que el Arte es necesario y es importante que se valore como una profesión más, tan válida como cualquier otra, sin necesidad de transformarlo en un objeto “útil” como una camiseta o una taza impresa. Que el arte no sirve para beber café (o té), sino para alimentar los sesos, nuestras emociones, para cuestionarnos, removernos, definirnos. Es imprescindible. Y sí, también vendible, y comprable.
Llegadas a este punto, continúo dando pasos en este camino en el que profesión y vida van unidas. Son una. Soy yo. Gracias por acompañarme.

Todo mi trabajo podéis encontrarlo
en mi web y redes:
www.claradeguinesguillem.com
@claradeguinesguillem
hola@claradeguinesguillem.com
607982650

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