Estamos presenciando un punto de inflexión en la cultura empresarial actual a nivel mundial. Este cambio está liderado por un modelo de empresa más humana y social. Es decir, las empresas apuestan por combinar el crecimiento financiero con el crecimiento económico global, donde toman fuerza las preocupaciones por el entorno y los grupos de interés o stakeholder. Esto hace más eficientes a las empresas y a la economía.
Hablar de una economía con propósitos es abordar un enfoque integrado de la empresa, donde tiene en cuenta los beneficios financieros, las externalidades positivas y las externalidades negativas. Todo ello para que consigamos orga- nizaciones económicamente más rentables.
Estamos hablando de un futuro emergente y de un cambio de paradigma. Las empresas que apuestan por ser palanca de este cambio están siendo conscientes de la gran oportunidad presente y cómo se están adelantando a un futuro cada vez más inmediato. Prueba de ello son las inversiones crecientes en servicios a medida para las empresas, como el interim manager o el desarrollo directivo.
Podríamos hablar largo y tendido de todos los efectos que implican estos cambios. Pero vamos a centrarnos especialmente en dos grupos: los trabajadores y los clientes.
Los valores corporativos y su relación con los trabajadores
En el primer caso, nos encontramos en una trasformación del mundo laboral, donde las empresas son menos jerárquicas y más flexibles. Con modelos de trabajos dinámicos, mecanismos para que los trabajadores aporten valor añadido a la organización y donde se valora la importancia de la realización personal y el bienestar de todos los componentes de las empresas.
Para llevar a cabo esta transformación y apostar por la productividad y el aprovechamiento del personal empleado, es necesario tener muy bien definidos los objetivos, una buena planificación, un buen reparto de las responsabilidades y acciones a realizar, así como un óptimo liderazgo de equipos y personas.
Los valores corporativos y su relación con los clientes
Por otro lado, hablamos de los clientes, ya que la mayoría de los consumidores valoran que los productos y servicios tengan un impacto social y medioambiental positivo. Así lo observamos en un estudio de GlobalWebIndex de 2018, donde la mitad de los consumidores digitales de Reino Unido y Estados Unidos afirma que las preocupaciones ambientales afectan a sus decisiones de compra.
De hecho, un 52 % cree que los fabricantes y marcas tienen una elevada responsabilidad medioambiental. Esto se acentúa cuando el cliente objetivo es un público joven (22-35 años), la llamada generación millennial es la que más ha mostrado su concienciación y cambio en los hábitos de compra.
La situación socio-económica actual está en un punto de inflexión y de cambio, donde las empresas, al igual que las personas, son diferentes y poseen características que las hacen inigualables unas de otras.
Cada una de ellas tiene unos valores corporativos y un propósito que las caracterizan y definen. Aquellas empresas capaces de potenciar su valor diferencial y adaptarse a los cambios tecnológicos y sociales serán las triunfantes en un futuro donde imperará la incorporación de nuevas tecnologías y los valores humanos.
Es el momento de caminar con tu empresa hacia los valores corporativos que entronquen con tu filosofía y la de tus clientes. El futuro ya está llamando a tu puerta.