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Fernando Blázquez: Un viaje hacia la solidaridad

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Fernando Blázquez: Un viaje hacia la solidaridad

Hace cerca de dos años que comenzó la guerra en Ucrania, un conflicto que sobrecogió a Europa y al mundo entero y que centró la atención de todos en este punto del mapa, donde la ayuda humanitaria era cada vez más demandada debido a los devastadores efectos de la guerra.

Pues bien, veintiún meses después, el conflicto sigue más activo que nunca y, aunque el paso del tiempo lo haya convertido en algo “cotidiano” y ya no acapare portadas de periódicos ni abra informativos, lo cierto es que en Ucrania siguen necesitando ayuda y familias enteras esperan la llegada de donaciones de todo tipo para poder seguir adelante.

Fernando Blázquez de Agrícola “El Prado” acaba de regresar junto a un grupo de amigos de su tercer viaje a Ucrania. Una expedición a la que Fernando y sus compañeros ponen cara, pero que carecería de fuerza y efectividad si no contase con el apoyo de aquellos que aportan su granito de arena para llevar hasta el lugar del conflicto todo lo que los civiles puedan necesitar.

La necesidad de ayudar

El primer viaje que Fernando y sus compañeros realizaron a Ucrania fue en mayo del año pasado. Las noticias que llegaban desde allí y las imágenes desgarradoras de las condiciones en las que se habían visto obligados a vivir los ucranianos impulsaron a Fernando a proponer a sus amigos llegar hasta Ucrania para llevarles la máxima ayuda posible.

Ropa, comida, medicina, productos de higiene… Todo lo que una persona puede necesitar para su día a día y que cupiera en la furgoneta que llevarían hasta Ucrania llegaría a su destino. Cuando se corrió la voz de la misión que había preparado este grupo de jóvenes, sus familiares, amigos y conocidos se volcaron tanto que pronto esa primera furgoneta se quedó pequeña y llenaron otra con productos que provenían de la solidaridad de todos aquellos que no viajarían hasta Ucrania, pero que también querían arrimar el hombro.

Y así, cargados de solidaridad “made in Talavera”, Fernando y sus compañeros pusieron rumbo a Ucrania de la mano de diferentes organizaciones. Es importante recalcar esto porque nadie mejor que aquellos que trabajan en la zona de conflicto sabe qué es lo que se necesita y a qué zonas se puede o no acceder. Por eso, apoyarse en ONGs especializadas es fundamental para que el esfuerzo y la ayuda necesaria lleguen donde más se necesita.

Un tercer viaje muy especial

Hablamos de tercer viaje porque entre este último del que acaban de regresar y el primero, hubo otro más en diciembre del año pasado, donde los voluntarios se dieron cuenta de que según llegaba el invierno, las necesidades de la población afectada por el conflicto se acrecentaban al no disponer de generadores que les permitieran disponer de agua caliente y calefacción. Y es que, tal y como nos cuenta Fernando, “cada viaje es un nuevo aprendizaje y te aporta una nueva perspectiva sobre la vida y lo importantes que es ayudar a los demás”.

Por ese motivo, en este último viaje, además de los productos de primera necesidad que suelen llevar a la zona en conflicto, los voluntarios han llevado una ambulancia totalmente equipada y cargada de medicamentos y material sanitario, entre el que se encontraba también una incubadora, para poder dar soporte a uno de los hospitales que atiende cada día a miles de pacientes afectados de forma directa o indirecta por los ataques.

El agradecimiento por encima de todo

Fernando y sus compañeros llegan a Ucrania con sus furgonetas llenas de productos de primera necesidad, pero, a su vuelta, lejos de regresar con los vehículos vacíos, llegan a Talavera cargados de la gratitud de todos aquellos que agradecen el gesto de este grupo de amigos que cruzan Europa impulsados por las ganas de ayudar a aquellos inocentes que se han visto envueltos en una guerra de la noche a la mañana.

Resulta emocionante ver cómo Fernando tiene problemas para describir lo que sienten cada vez que acuden a prestar su ayuda y hablan con las personas que se encuentran a su paso. Unas los miran incrédulas, pensando si será verdad que han venido desde tan lejos para prestar su ayuda; otros sonríen al cruzarse con ellos como una manera de hermanarse con ellos… Pero todos tienen la gratitud como punto en común y encuentran en el gesto de estos voluntarios la esperanza de saber que no están solos.

Un nuevo proyecto para volver a encontrarse

Tras tres viajes a Ucrania, este grupo de voluntarios talaveranos ya ha entablado amistades con personas que viven allí y que, junto a las ONGs con las que trabajan, les ayudan a ser más conscientes de las necesidades que tiene el pueblo ucraniano. Por eso, de cara a febrero del próximo año, ya están preparando una nueva campaña en la que, esta vez, además de los productos básicos que siempre acercan a la zona en conflicto, quieren llevar generadores para que la luz, la calefacción o el agua caliente no sean un problema y aquellos que hoy carecen de estos elementos tan importantes puedan mejorar su calidad de vida.

Ya han comenzado a recaudar dinero para comprar los generadores y poder trasladarlos hasta Ucrania en las mejores condiciones, junto con ropa y calzado de invierno. Unos meses que son especialmente complicados en esa parte del mundo.

Que no caiga en el olvido

Hace casi dos años que comenzó la guerra y en la actualidad, los medios de comunicación cada vez le dedican menos espacio. Vivimos en un mundo en el que la inmediatez nos arroya y debemos tener claro que el hecho de que lo que ayer fue noticia hoy ya no lo sea, no significa que no continúe sucediendo. Por eso, debemos saber que en Ucrania sigue habiendo personas que necesitan nuestra ayuda y apoyo, y que podemos colaborar en la medida en la que podamos. Como recalca Fernando Blázquez, “Desde que comenzamos con estos viajes, mucha gente me dice que ellos no serían capaces de ir hasta allí, que ojalá poder ayudar de esta manera… Lo que tenemos que tener claro es que, aunque unos pocos vamos hasta la zona afectada, sin el apoyo y la colaboración de los que se quedan aquí por diferentes circunstancias, no podríamos hacerlo. Todas las formas de ayuda son necesarias y bienvenidas, solo hay que saber con quién trabajar para que sean efectivas.”

Y es que hay miles de formas de ayudar y miles de causas por las que luchar. Fernando lleva colaborando con Cáritas muchos años y conoce bien la situación que algunas familias viven en nuestra ciudad. Por este motivo, deja claro que la ayuda y la colaboración siempre son necesarias allí donde existen personas con dificultades y que aportar nuestro granito de arena es siempre lo más importante, sea donde sea.

Para Fernando y el resto de sus compañeros, estas expediciones han supuesto un antes y un después en su forma de ver la vida, y han conseguido experimentar esa sensación de “corazón pleno” que se siente cuando se hace algo mejor de uno mismo. Desde Fundación Futurart seguiremos de cerca los pasos de este grupo de amigos solidarios mientras seguimos trabajando por nuestro Proyecto Empresarial Solidario, que es también otra forma de hacer del mundo un lugar mejor. ¡Juntos somos mejores!

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