Si me remonto a los inicios de este 2020, por aquel entonces me preguntaba qué esperaba de este año, supongo que como el resto de la humanidad, para nada lo que nos ha traído.
Este año como poco, y sin entrar en mayores tragedias, nos ha roto esquemas, nos ha cambiado las reglas, nos ha dado una bofetada en todos los sentidos a todos sin excepciones y empresarialmente hablando nos deja bastante tocados.
Llegados a este punto jamás esperaba que este tramo final del año sería lo que está siendo, tan diferente a todo lo que podía imaginar y que esta circunstancia trastocara nuestros planes en la manera de celebrar nuestra particular fiesta de la solidaridad sustentada por el tejido empresarial y las entidades de Talavera y su comarca.
En términos generales nos ha restado mucha libertad, y no nos ha permitido ser nosotros mismos, ni hacer en muchas ocasiones lo que nos hubiera gustado.
Ahora bien, ese concepto de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) tan arraigado en las empresas y entidades que componen Fundación Futurart y relacionado con la ética en la manera de hacer empresa, de hacer entidad, teniendo constantemente presente la forma de corresponder a nuestro entorno, cuidando que esas decisiones del día a día reflejen un buen impacto en nuestra comunidad, nuestra sociedad, eso, precisamente eso, es lo que no se ha podido llevar por delante esta pandemia, esa ola de solidaridad generada por cada una de las personas que hay a la cabeza de esas entidades, esas marcas, de esas pymes, que conforman Fundación Futurart, un año más y de manera incondicional deciden apoyar y ser parte activa en cada uno de nuestros proyectos solidarios en favor de personas que nos necesitan y de un mundo mejor.
Gracias por ayudarnos a ayudar, gracias por tu solidaridad, gracias porque quien te necesita sabe que el mundo cambia con tu ejemplo, no con tu opinión. Gracias por hacerlo posible un año más.