Buena pregunta para despedir la temporada de verano y dar la bienvenida al año lectivo aplicado al terreno empresarial y del emprendimiento.
En este sentido el debate está servido. Hay opiniones para todos los gustos. Hay quien piensa que es algo que viene dado y con lo que se nace, otros piensan que puede ser transmitido, otros que se puede aprender y proliferan los cursos para enseñarlo, pero la realidad es que no parece que se dé con la clave, ¿y usted, qué opina?
Tengamos presente la definición principal de empresario, persona que se encarga de la gestión y dirección de un negocio, marcando objetivos y gestionando los recursos para conseguirlo.
Mi respuesta personal es que sí y no: sí se puede aprender a ser empresario en el sentido que se pueden adquirir una serie de conocimientos y competencias en un área concreta y aportar valor con productos o servicios por los que alguien está dispuesto a pagar por ellos. Esto serían las habilidades duras (hard skills), directamente relacionadas con las habilidades técnicas y las tareas a realizar.
Y no, en el sentido que no es algo que aprendas y ya tienes tu vida profesional resuelta de por vida. Podríamos verlo como una carrera que no termina nunca, pon tanto, no es algo que acabes de aprender a pesar de lo mucho aprendido. Serían las habilidades blandas (soft skills), están relacionadas con el desempeño social de la persona, empatía, comunicación, inteligencia emocional… y el estar preparados para afrontar entornos de trabajo continuamente cambiantes. Mal síntoma cuando una persona tiene la sensación de no necesitar más aprendizaje en su faceta profesional.
Concluyo este editorial con una cita del filósofo Eric Hoffer llena de sabiduría y animándoles a aprovechar el comienzo del año lectivo para ampliar conocimientos y su desarrollo personal, sin duda su negocio se lo agradecerá. “En tiempos de cambios, los que aprenden heredarán la tierra, mientras los que piensan que ya saben, se encontrarán muy preparados para vivir en un mundo que no existe”.