Hace poco conocí a un empresario local, con un tremendo y común problema: Tenía un gran producto perfectamente testado y altamente funcional, pero no tenía suficientes clientes para mantener el negocio abierto. Todo esto le provocó una importante crisis de ansiedad y serios problemas económicos y familiares. Gracias a que leyó esta publicación empresarial, como tú, tomamos contacto y charlamos sobre comunicación y medios durante varias horas, detectamos los puntos fuertes de su negocio y marcamos un plan de acción en torno a la comunicación de su producto. Hoy, son pocas las personas en la comarca que no conocen el desarrollo de la actividad empresarial de este emprendedor que solo necesitaba un empujón con la publicidad y la comunicación de su negocio.
El storytelling, podría definirse sencillamente como la habilidad o arte de narrar una historia. Traído al mundo de la publicidad tenemos que sumarle la necesidad de cautivar al oyente hasta el final, provocando empatía con la marca y, por qué no, la necesidad de comprarla.
Cada vez más, tenemos claro que lo que vende no es el producto sino la necesidad que cubre o, más aún, la emoción que produce. Enganchar al consumidor con una historia, hacerle comprender nuestro producto y sus valores, es una buena forma de emocionarle.
¿Te atreverías a contar en tu publicidad la historia de tu negocio o de tu producto? Si lo haces bien y consigues empatizar con los consumidores, es probable que prefieran comprarte a ti y no a tu competencia, de la que no conocen su historia y sí sus fríos precios.
Veamos algunas cualidades que debería tener tu historia:
- Un lenguaje basado en emociones que busque conectar.
- Un elemento que logre emocionar o preocupar al público.
- Un protagonista con el que tu público objetivo, al que debe ir dirigida tu historia, pueda identificarse.
- Tu marca o producto interactuando en la historia, con sus valores y cualidades diferenciales, las que no tiene la competencia.
- Un desenlace positivo, con tu marca o producto presente, que se revele al final.
- Que la historia ayude a cumplir los objetivos de la estrategia de comunicación.
Un dato: Statista, el portal alemán de estadísticas, muestra que el 74 por ciento de las personas de todo el mundo piensan que los contenidos que influyen más en su decisión de compra son los que cuentan historias personales o de primera mano. Y según Headstream, una historia contada por una marca hace que el 55 por ciento de los consumidores considere comprar alguno de sus productos, y el 15 por ciento lo hace inmediatamente.
Un consejo: Recuerda que siempre debes tener en mente al público al que te quieres dirigir. Piensa cómo es, tu historia debe ser interesante para él.
Actualidad: El festival de creatividad Cannes Lions ha lanzado en su edición de 2019 un buen número de cursos online para enseñar a algunas de las personas más destacadas del sector creativo técnicas de storytelling, muestra de la importancia que para ellos ha cobrado esta fórmula.
El resbalón publicitario: Los jóvenes no se fían de las marcas, según un estudio de las consultoras BBMG y GlobeScan, la gran mayoría de los pertenecientes a la Generación Z piensa que las empresas no actúan en favor del interés común. La Generación Z, nacidos después de 1995, está mucho más predispuesta que otras generaciones a valorar a las empresas que defienden un propósito político o social.
Por Tomás Arriero