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¡Tienes la bragueta abierta! La primera impresión lo es todo.

¡Tienes la bragueta abierta! La primera impresión lo es todo.

¡Tienes la bragueta abierta! La primera impresión lo es todo.

¿Por qué se compró su último libro? ¿Qué le influyó para leer el último artículo, pese a que apenas tenía tiempo?

Si los primeros minutos de una película le resultan aburridos, fácilmente no terminará de verla.

Asimismo, si la portada de su catálogo de productos no llama la atención, los consumidores pasarán de largo. Al contrario, con una imagen de Brad Pitt disfrutando de su mejor producto y con la frase “todo con el 90% de descuento”, el deseo de abrir su catálogo será irrefrenable.

Primera impresión es precisamente eso, primeros sonidos, el titular, primera imagen que sintetiza nuestro cerebro. Y para eso debemos concentrar la mayor información de nuestro producto, tanto objetiva como subjetiva, en el menor espacio.

Esa concreción debe cautivar y debe comunicar certeramente, por lo que no perdamos de vista quién va a comprar nuestro producto, pues la clave es siempre vender (producto o marca).

Debe expresarse en el lenguaje del público al que va dirigido, mostrar claramente qué es el producto y qué necesidades satisface.

Según David Ogilvy, uno de los grandes de la publicidad: “Hay cinco veces más personas que leen los titulares que las que leen el cuerpo del texto. Cuando hayas escrito tu título, habrás gastado 80 centavos de tu dólar”.

Por lo tanto, si creamos un buen eslogan o titular, cautivamos en los primeros segundos con sonidos o imágenes, habremos hecho bien el 80% de nuestra campaña.

Resumiendo, un buen inicio de tu publicidad debe:

Hablar el lenguaje del público al que va dirigido.

Contener las ideas clave, la esencia, del producto y de la marca.

Ser concreto. No hay que contarlo todo en el primer vistazo.

Debe provocar acción, ya sea con los verbos en las frases o con imágenes que inviten a reaccionar.

Los titulares que indican listas suelen ser bastante efectivos. Ej: “los 20 mejores anuncios de la historia”.

Evite “prometer” cosas que luego no se cumplan en el contenido del anuncio o en el producto.

Aplique grandes dosis de creatividad.

Pero no nos perdamos en grandes alaracas, no sirve hacer un anuncio espectacular si no vende.

En ocasiones recordamos la música de un anuncio pero no el producto, recordamos a un famoso anunciando un reloj pero no sabemos la marca, rememoramos un artículo sobre recetas con aceite de oliva y no sabríamos decir qué marca lo publicó.

Un dato: Un titular engañoso, o una publicidad engañosa, afecta negativamente a la credibilidad de la marca, y a corto o medio plazo, a las ventas.

Un consejo: Escriba varios comienzos para su publicidad, discrimine el mejor o los mejores, y póngalos a prueba. Un test inicial, con compañeros o redes sociales, puede ayudarnos a ser certeros.

Actualidad: La campaña “Conciencias” que Sra. Rushmore creó para Flex, se llevó el Premio Ondas Nacional de Publicidad en Radio de 2017, “por trabajar con una ironía muy notoria y valiente, una idea que conecta perfectamente con el insight del producto…”.

Se trata de anuncios que presentan situaciones que le quitarían el sueño a cualquiera, “excepto a alguien que duerma en un colchón Flex”.

El resbalón publicitario: “Amor es… besarla aunque quiera matarla”, este es el polémico titular de un anuncio de Netflix que ha sido eliminado por las quejas recibidas por violencia de género. Dicho anuncio promocionaba una comedia negra de producción propia, haciendo referencia al contenido de esta, y ha recibido las críticas enfervorecidas de las redes sociales.

Por Tomás Arriero. Gerente de ventas del Grupo Prisa Radio

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