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AFATA: La estimulación cognitiva

AFATA: La estimulación cognitiva

AFATA: La estimulación cognitiva

La estimulación cognitiva pertenece a las Terapias No Farmacológicas. Es básica en el tratamiento de las personas con Alzhéimer u otras demencias por su afectación neurológica.

Actualmente se cree que el cerebro puede crear nuevas neuronas y nuevas conexiones; razón por la cual utilizamos la estimulación neurológica en la intervención tanto física, funcional como cognitiva.

El cerebro adulto es capaz, contrariamente a lo que se pensaba, de generar nuevas neuronas mediante la inducción de modificaciones sinápticas en el hipocampo, señala una investigación realizada en el CNRS (en el laboratorio de neurobiología del aprendizaje, la memoria y la comunicación) francés, de la Universidad de Paris.

La Estimulación Cognitiva son las técnicas y estrategias sistematizadas empleadas para activar y entrenar las funciones cognitivas (percepción, atención, razonamiento, abstracción, lenguaje, memoria, orientación tempo-espacial, cálculo, praxias, gnosias, lenguaje, etc.). La base científica de la estimulación cognitiva se centra en la capacidad plástica del cerebro, el potencial y la reserva cerebral, y los principios de rehabilitación neuropsicológica.

La rehabilitación es “el conjunto de procedimientos aplicados para mejorar diversas capacidades y habilidades –atención, memoria, lenguaje, funciones ejecutivas…- con el objeto de promover una mayor independencia funcional en una amplia variedad de situaciones de la vida diaria” (Wood, 1994).

La rehabilitación neuropsicológica en los/as enfermas/os de Alzhéimer no busca la recuperación de funciones cognitivas sino que la persona se mantenga funcional el mayor tiempo posible; así como, activa física y mentalmente. Asimismo, dichos tratamientos pretenden favorecer la neuroplasticidad cerebral mediante la presentación de estímulos que motiven las capacidades intelectuales, emocionales, relacionales y físicas de forma integral teniendo en cuenta los principios:

  1. Restauración: estimular funciones cognitivas afectadas actuando directamente sobre ellas, un ejemplo de ello son las capacidades amnésicas que tanto tienen afectadas.
  2. Compensación: se potencia el empleo de habilidades alternativas facilitando una reorganización funcional a partir de sistemas funcionales intactos. Las funciones ejecutivas de planificación, clasificación facilitarían las tareas de la vida diaria.
  3. Sustitución: minimización del impacto de las alteraciones cognitivas (ayudas externas) para lograr una mayor autonomía funcional.  

“La estimulación cognitiva en pacientes con alzhéimer agrupa un conjunto de intervenciones que actuando a través de la percepción sensorial y de las funciones intelectivas, tratan de atenuar el impacto personal y social de esta enfermedad. En sentido amplio, la estimulación cognitiva engloba las actuaciones dirigidas a mantener o mejorar las capacidades cognitivas propiamente dichas, las capacidades funcionales, la conducta y la afectividad” (J. Olazarán, Ruiz Muñiz).

En AFATA se lleva a cabo la estimulación cognitiva a diario, de lunes a viernes, en el Servicio de Estancias Diurnas de Atención Especializada en demencias, en el Programa de Grupos de Estimulación Cognitiva y en el Servicio de Atención Domiciliaria para personas con demencia o  deterioro cognitivo y en el Programa SEPAP Mejora-T para personas valoradas con Grado I de dependencia, con el objetivo de mantener el máximo tiempo posible las actividades básicas, instrumentales y avanzadas de la vida diaria; estimulando las capacidades intelectuales; facilitando la relación con el entorno, evitando la desconexión; así como, la mejora de su autoestima.

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