Hablar de Ana del Valle es hablar de vitalidad, elegancia y generosidad. No cabe la menor duda que el esfuerzo de estos 20 años dedicada en cuerpo y alma a su trabajo la ha llevado a conseguir una de las distinciones más gratificantes del sector de la moda que entrega cada año la Asociación Músico-Cultural Always Elvis.
Ana, ¿qué ha significado para ti recibir esta aguja de cerámica en este 2018?
Para mí recibir este premio ha supuesto un hecho muy emotivo dentro de mi carrera. Porque me lo han concedido en la ciudad donde vivo y las personas de las que estoy rodeada todos los días. No es tan importante el regalo, sino, las manos de quien lo recibes.
¿Cuándo te entró el gusanillo de la moda?
Desde pequeña, ya apuntaba maneras. La primera vez que hice un patrón fue de un folleto de una revista que tenía mi madre por casa, le hice un abrigo vaquero a mi muñeca preferida y guardé el secreto hasta tenerlo terminado.
¿Qué te inspiró a convertirte en diseñadora?
Fue un poco accidentado, en mis planes profesionales tenía pensado otros caminos, iba a estudiar farmacia en la universidad. Pero tuve un profesor de dibujo en COU que me invitó a colaborar en un mercadillo y le hice unos dibujos y es a partir de ahí cuando me aconseja estudiar Bellas Artes, que en realidad era lo que a mí me apasionaba y gustaba. Después de formarme en Bellas Artes, decidí que la rama que más me interesaba era la moda. En aquel momento no había un estudio específico para hacer diseño de moda, entonces lo que hice fue terminar mis estudios de Bellas Artes y completarlo con Patronaje, Diseño… hasta cosas más específicas de esta profesión.
El mundo del diseño, al menos desde otras miradas, parece muy competitivo y difícil, ¿qué hándicap ha tenido que pagar Ana del Valle hasta dar a conocer y conseguir tu propia marca?
Lo primero una formación técnica profunda. Quiero decir que, cuando empecé a estudiar, prácticamente las cosas se hacían con papel y lápiz. Entonces era la manera de trabajar, sin lugar a dudas, he tenido que ir adaptándome progresivamente al mundo actual. Ahora todo se hace a través de programas de diseño, se hace todo a través de un ordenador, se trabaja en remoto con los proveedores de tal manera que la manera que teníamos de trabajar de tú a tú, el llámame por teléfono y cosas de ese tipo han cambiado totalmente. Ahora hacemos video llamadas, mandamos las fichas técnicas a través de internet, los diseños se hacen con un programa digital, no se hacen a mano…. he tenido que ir adaptando para estar en vanguardia.
¿Qué has aprendido de la experiencia, Ana?
En el aprendizaje la experiencia siempre es un grado, ha sido muy importante en mi vida. He tenido y aprendido a luchar sola. Decidí que quería ser diseñadora pero realmente no he tenido a nadie que me dirija y me diga: haz esto, lo otro.
He ido limando asperezas y he disfrutado de las satisfacciones porque en el mismo baremo puedo meter gente interesante y he encontrado otra que no lo era tanto, pero ambos me han enseñado lo que tengo que hacer, quiero decir, que la gente que ha intentado impedir que no hiciera mi trabajo, han intentado impedir que yo sacase mi empresa para adelante pues también he aprendido de eso. Yo de la vida me he llevado siempre una visión muy positiva, tanto de las experiencias más agradables como las que han sido menos agradables.
¿Qué factor crees que es importante para establecer una marca de ropa?
Primero viene la parte creativa, artística que la tienes que tener, es una parte muy importante. Tienes que ofrecer un producto que sea atractivo, tienes que dar un plus en algún sentido a tus diseños, no te puedes quedar en lo corriente. Se trata de estimular de alguna manera al comprador y a la gente, que les apetezca vestir tu ropa o que les llamen la atención tus diseños.
Luego tienes que tener muy claro que es un negocio. Porque en realidad si tienes una marca de ropa lo que debes hacer es ganar dinero para mantenerla. Tienes que tener una visión comercial muy clara y tienes que controlar muy bien gastos e ingresos, etc.
¿En qué basas la estética de tu línea?
En la estética de mi línea siempre intento favorecer a la silueta femenina, que es el sector al que me dirijo. Entiendo que nadie es totalmente perfecto ni tampoco pretendo que la gente que vista lo sea, pero sí pretendo sacar lo mejor de cada mujer. Que con esta estética se sientan favorecidas.
¿Cómo nace Dempsey Jones y qué diferencia hay entre la veterana marca Ana del Valle?
Dempsey Jones nace porque mi hija se va a vivir a Australia, yo me quedo aquí en España, nosotras estamos siempre en comunicación y yo, que también he trabajado fuera, me sentía como que debía hacer algo para que la gente no tuviese que salir fuera a trabajar y buscarse la vida.
Tenemos un país que tiene posibilidades pero a lo mejor no somos capaces de canalizarlas adecuadamente. Entonces hablando las dos decidimos emprender en este proyecto, ella estando allí y yo estando aquí. Hubo un momento en el que ella decide venirse y ese es el momento en que toma cuerpo nuestro proyecto.
Quiero dar un enfoque más joven a mis diseños pero entiendo que tengo que crear una marca distinta porque los diseños que había estado haciendo hasta ahora están muy centrados en una estética y muy definidos por el tipo de materiales que hemos estado utilizando hasta ahora, que eran las sedas naturales bordadas, los flecos, volantes, etc. Y me apetecía hacer algo más joven, más casual.
¿Cómo ves esa diferencia entre una y otra?
La diferencia de tener trabajando conmigo a mi hija, que me aporta frescura y juventud e intento plasmar esa esencia en los diseños.
Precisamente era uno de tus sueños el trabajar codo con codo con tu hija. ¿Los sueños se cumplen?
Efectivamente. Hay que poner mucha intención pero al final las cosas salen.
Sí. Hemos unido nuestras experiencias y decidido que era el momento adecuado para emprender juntas. Y en esas estamos.
¿Cuáles son los valores que te diferencian de tus competidores en el mercado, Ana?
Con la marca hemos pretendido por un lado potenciar lo que es la mujer real, a la del día a día, como puede ser mi vecina, mi amiga, o sea la gente que está en la calle de verdad.
Por otro lado, queremos que cada una de nuestras clientas se sienta única y especial, por este motivo hacemos series muy cortas, y renovamos continuamente los diseños.
También intentamos que sea una marca muy creativa, con adornos muy impactantes, y llamativos que realmente hagan que esa mujer se diferencie del resto.
¿Cuáles son las telas y materiales claves de las piezas de Dempsey Jones? Y cómo definirías a la mujer que lleva las piezas de esta marca.
Los materiales que utilizamos básicamente son algodones y fibras naturales.
Damos muchísima importancia a que nuestros proveedores sean mujeres y de que pertenezcan a nuestra comarca, provincia o región.
La mujer Dempsey Jones es una mujer única en cualquier aspecto de su vida y así intentamos reflejarlo en nuestros diseños, porque nosotros tenemos unos valores de marca muy específicos.
No somos ecologistas pero sí somos conscientes con el medio ambiente. Intentamos ayudar socialmente a sectores que necesitan apoyo, sobre todo apoyamos al sector femenino, a la mujer.
¿Qué consejo darías a las mujeres que quieren ser diseñadoras como tú o que, siéndolo, quieren crear su propia firma?
El primer consejo es que se formen técnicamente, porque este negocio es un negocio muy técnico, tienes que tener grandes conocimientos de tejidos, tienes que tener conocimientos de cómo se cortan y se montan las prendas, tienes que saber idiomas para desenvolverte en un mercado global, tienes que viajar , buscar proveedores fuera de España…Es un trabajo que necesita una formación y una preparación.
Aparte también tienes que tener una formación creativa, porque evidentemente es la base. Cualquier profesión necesita una preparación.
¿Cómo visualizas tu marca en el futuro?
Me gustaría que el mercado internacional se fijase en nuestra marca, y de hecho por eso tiene ese nombre, para que sea un poco más fácil introducirla en los mercados internacionales. Simplemente que tenga presencia internacional.
Algo más que quieras decir, Ana.
Sí, estoy muy orgullosa de estar en Talavera, que me ha brindado muchas oportunidades y que tengo mucho que agradecer a mucha gente, por las ayudas y por las zancadillas porque ambas cosas me han servido para hacerme una mujer muy fuerte.
Gracias.